El nombre Evangelismo y Discipulado "Buena Tierra" viene de la parábola de la semilla y las tierras. La semilla es el mensaje del evangelio. Pero, ¿cómo defina Jesús "buena tierra"? Mateo, Marcos y Lucas presentan tres palabras diferentes que Jesús utilizó para describir la "buena tierra".
Mateo 13:23
“Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende* la palabra,…”
*Entender [del griego: suníemi] quiere decir “tener un entendimiento claro y total” o “comprender totalmente” o “poner todos los datos juntos para obtener un significado completo”.
Marcos 4:20
“Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben (aceptan)*,…”
*Recibir (Aceptar) [Del griego paradejomai] quiere decir “recibir con los brazos abiertos”, “dar la bienvenida” o “abrazar”.
Lucas 8:15
“Más la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen* la palabra oída,…”
*Retener [Del griego: katéjo] quiere decir “sostener firmemente para que algo no pueda ser arrebatado”.
El Evangelismo y discipulado Buena Tierra es un esfuerzo para asegurarnos de que las personas a quienes ministramos entienden claramente, acepten genuinamente y retengan con firmeza el evangelio.
La Escala de Buena Tierra1 es “el corazón” de la capacitación de Evangelismo y discipulado Buena Tierra. La escala muestra un resumen visual de tres participantes en el proceso de evangelismo y discipulado: (1) una persona que necesita entender y aceptar el evangelio para luego crecer en su relación con Dios, (2) un evangelista o discipulador personal que comunica la Palabra de Dios por medio del evangelismo o el discipulado, y (3) nuestro Dios, quien trabaja en el corazón de las personas para llevarlos hacia Él.
La Escala es especialmente útil en determinar cuánto contenido bíblico y cuánto contexto bíblico necesitamos para compartir con un no creyente, con el fin de que la persona tome una decisión de “buena tierra” y acepte genuinamente a Jesucristo como su Salvador.
1Adaptado de la escala creada originalmente por James F. Engel y Viggo Søgaard y publicada en el libro de 1975, What’s Gone Wrong With the Harvest? [¿Qué ha ido mal con la cosecha?]
Todos los no creyentes están espiritualmente ciegos y no pueden entender el evangelio sin la intervención de Dios (2 Co 4:3-4). El Espíritu Santo debe trabajar en sus corazones y en sus mentes para que ellos puedan entender claramente el evangelio.
Además de su ceguera espiritual, cuando la cosmovisión1 de un no creyente es muy diferente de las verdades esenciales del evangelio de la Biblia, el ruido de esa cosmovisión hace más difícil aún para esa persona comprender el mensaje del evangelio. Cuando presentamos el evangelio, debemos entender el problema del ruido que genera la cosmovisión2. Por lo tanto, debemos entregar el mensaje de salvación de Dios de tal forma que el ruido de la cosmovisión se pueda atravesar y los no creyentes puedan entender con claridad el evangelio.
1 La cosmovisión: La perspectiva a través de la cual una persona mira e interpreta la vida.
2 Ruido de la cosmovisión: Los elementos no bíblicos en un sistema de creencias de la cosmovisión del no creyente que (1) confunden su comprensión de las verdades esenciales del evangelio y/o que (2) lo predisponen a rechazar el evangelio.
En un sentido muy importante, todos los seres humanos somos como las cebollas, o sea, todos tenemos capas. Las capas de nuestra cosmovisión están cubiertas por una capa externa de cosas en común a todos los seres humanos: las necesidades, los deseos y los intereses que tenemos solo por el hecho de ser humanos.
Cuando iniciamos las “conversaciones de apertura” en temas de interés común, buscamos puntos de entrada que nos permitan pasar a temas más profundos en la cosmovisión de esa persona. Usar la sensibilidad apropiada en las “preguntas de investigación” nos ayuda a conocer más acerca de sus patrones de comportamiento, preferencias personales, elecciones personales y valores internalizados. Finalmente, queremos aprender cuáles son sus creencias principales a fin de saber a cuál ruido de cosmovisión que podríamos enfrentar mientras nos involucramos en “conversaciones de conversión”.
Cuando se presenta el evangelio a un no creyente que conoce muy poco o nada sobre la Biblia y la fe cristiana, es como si el ruido de su cosmovisión fuera muy denso. A fin de atravesar el ruido de la cosmovisión, necesitamos explicarle hechos bíblicos que son esenciales para entender el evangelio. Sin embargo, para que esos hechos tengan un sentido claro, también es necesario que los situemos en el contexto histórico de la historia de redención que se desarrolla a través de la Biblia.
La Historia de la Esperanza utiliza 40 eventos claves de la Biblia para resumir esta historia: 20 del Antiguo Testamento y 20 del Nuevo Testamento. El libro está organizado de tal forma que el mensaje del evangelio se puede compartir como una historia en pocos minutos, o puede ser enseñada en varias horas por medio de lecciones.
El Puente Cronológico a la Vida analiza ocho verdades importantes que emergen de la historia de la esperanza de la Biblia: Dios, el hombre, el pecado, la muerte, Cristo, la cruz, la fe y la vida. A esto le llamamos el CronoPuente, porque estos ocho conceptos son presentados en el orden cronológico en el que emergen de la historia. El CronoPuente permite que la persona que está presentando el evangelio pueda (1) aclarar el evangelio, (2) personalizar el evangelio, y (3) animar/persuadir a un no creyente a aceptar el evangelio. Cada concepto del puente se refuerza con un texto bíblico clave y un desafío personal para responder con fe al evangelio.
El gráfico del resumen del evangelio también puede ser utilizado como una herramienta evangelística independiente para contar la gran historia de la Biblia (metanarrativa). La historia se puede entrelazar con los ocho conceptos del CronoPuente.
1. Dios
Hebreos 11:6
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
2. Hombre
Génesis 2:7
Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.
3. Pecado
Romanos 3:23
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.
4. Muerte
Hebreos 9:27
Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.
5. Cristo
Juan 14:6
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
6. Cruz
1 Pedro 2:24
Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
7. Fe
Efesios 2:8-9
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
8. Vida
Juan 11:25-26
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Tal como el evangelismo es un proceso donde se combina lo divino y lo humano, lo mismo ocurre con el discipulado. Los creyentes verdaderos van a perseverar en la fe como discípulos de Jesucristo porque Dios los sostiene. No obstante, también es cierto que Dios ha escogido usarnos para “hacer discípulos”.
El Camino al Gozo es un estudio de seguimiento básico diseñado para guiar al nuevo creyente a través de diez importantes lecciones, que abarcan un resumen del plan redentor de Dios, el CronoPuente a la vida, la seguridad y la confianza, la Biblia, la oración, el Espíritu Santo, la santidad personal, testificar, la iglesia local y el plan de Dios para la vida del creyente. Cada libreto incluye un conjunto de tarjetas con los versículos de la Biblia para memorizar y un plan de lectura bíblica de un capítulo por día.
La clave para llevar el estilo de vida de evangelismo y discipulado Buena Tierra es buscar constantemente oportunidades de iniciar conversaciones que se puedan convertirse en relaciones redentoras.
Orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, para que lo manifieste como debo hablar. Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
—Colosenses 4:3-6
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